Entrevista
Remo Bianchedi
Artista visual argentino
Para Resonancias.org
Por María SantaCecilia
Cuando recibí el mail
“acción de arte” que Remo Bianchedi comenzaba en la web, decidí
escribirle para saber mas sobre su decisión, de ya no pertenecer a la
institución con la cual estaba trabajando y de autogestionarse. Intuí que, esta
acción pertenecía mas a su propia madurez artística que a una rebeldía
explícita aunque posible y justa contra
los cánones establecidos de cómo y de que manera los artistas debemos cotizar,
difundir y vender nuestras obras.
Además conociendo a Remo, integré su Clínica Unidad
Básica en Sonoridad Amarilla junto al
artista Jorge Velarde, me percaté de que había algo importante para desglosar y
otorgarle tiempo de escucha a lo que él estaba proponiendo.
Remo Bianchedi, artista visual argentino, reside en la
provincia de Córdoba en Argentina y dirige el proyecto AcciónNautilius.
Hola Remo,
¿Qué fue lo que te guió a
no pertenecer mas a la Fundación
Mundo Nuevo y cual fue la gota que te rebalso?
Las cosas no ocurren de un día para el otro, son
resultado de una acumulación de otras cosas. Mi alejamiento de la FMN, aunque
por razones específicas y particulares, significa mi apartamiento de un mundo
en el que no me siento ni cómodo ni feliz, hablo del llamado en Argentina
“mundo del arte”. En el año 1921 Francis Picabia escribió: “los marchands no
propenden a la posteridad del arte sino a la propia.” Es sintomático que en ese
momento histórico en que el arte se independiza de todo canon los artistas
estimen, como una trampa abierta, a la intermediación entre la gente y aquellos
que producen. Las palabras de Picabia son hoy una realidad imperial que hace de
la producción y difusión de arte una producción de banalidad carente de toda
metáfora posible. El llamado “arte contemporáneo” pareciera más un arte de
ocurrencias que un arte de ideas.
¿Tu acción tuvo eco en otros artistas, espacios de arte,
gestores? ¿Qué respuesta recibiste?
Subir mi trabajo a la Web no significa solamente
cambiar el lugar de venta y difusión sino que implica una completa “acción de
arte”. ¿Porqué?, porque en verdad está indicando otra cosa que la obvia:
señalar el Malestar General que todos percibimos en el panorama actual del arte
y la posibilidad de diseñar estrategias propias.
Planteada así, la acción ha tenido una
repercusión en los artistas y en la gente más que óptima. Se hace evidente que
lo que me lleva a dar un paso al costado es deseo de mucha gente, estaba allí
flotando hasta que alguien le pusiera un nombre y lo convirtiera en lo que es:
una acción de arte.
En tu frondosa carrera, uno de los hilos
conductores que une las obras, es lo humano, ¿podrías ampliar este concepto?
Arte es Humanidad, nunca el arte, desde
Altamira en adelante, estuvo excento de humanidad, tanto en sus manifestaciones
de Bien como de Mal.
La insistente presencia de la figura humana
en mi trabajo es porque considero lo humano como uno de los más profundos
misterios e intento desde diferentes puntos de vista no explicarlo sino dejarme
iluminar por él.
También me atrevo a decir que tu obra se manifiesta en
la mirada de los retratos, ellos nos recuerdan, nos devuelven como un espejo
imágenes internas, actúan de reveladores,
aún con todos sus secretos,
¿es una de tus búsquedas?
Para los antiguos griegos la mirada era el
transmisor de toda emoción, de todo pensamiento. En el Renacimiento la
importancia de la mirada se expande convertida en idea, en concepto. El invento
de la Perspectiva (ver al través) es un buen ejemplo de la categórica
ingerencia de la mirada. Ya no es un dios el que mira a través de todas las
cosas sino es el hombre que establece que “la pintura es una cuestión mental”
(Leonardo) y que se “puede pintar sin manos” (Miguel Ángel), es el hombre el
que pregunta y el que responde, es el hombre el que mira independiente de otras
miradas.
En el caso particular de mi trabajo las
figuras siempre miran más allá, por encima del hombro del espectador, a través
del espectador. La mirada deviene anzuelo y carnada a las vez. Las figuras no
miran, están para ser miradas.
Hay una frase que caracterizaba a Gorrriarena: ”un
cuadro debe romper la pared” ¿estás de acuerdo?
¿Cuál sería tu frase?
No, en verdad no me parece que un cuadro
deba romper paredes que es justamente su histórico soporte. Creo que ya no se
trata de “patear al burgués” que hoy, curiosamente, es el ávido coleccionista
de “arte comprometido”.
Prefiero esta otra propuesta de Matisse: un
cuadro debe ser tan cómodo como un sofá.
¿Tenés colección
de otros artistas?
Me gusta realizar intercambios de objetos
con artistas que conozco y cuyo pensamiento me atraiga. Cuando instalo en casa
obras de otros artistas éstas se convierten en objetos de referencia y uso
cotidiano.
Mi sueño sería poder guardar en mi mesa de
luz un pequeño dibujo de Paolo Uccelo.
Se que te da mucho placer el enseñar, ¿cómo armas una
clínica, un seminario? ¿Actualmente en que ámbitos estas desarrollando esta
tarea?
Enseñar es para mi una acción de arte. No
programo en su totalidad estas acciones de Taller, parto de un detonante
(generalmente la propuesta viene de la gente interesada), luego dejo que esa
idea me ocupe, la desarrollo y a partir de allí dejo que en la acción se conforme
el sentido.
Desde hace dos años coordino en la
localidad de La Cumbre, sierras de Córdoba, el Taller Nautilius. Es un taller
libre y gratuito en donde el alumno es considerado como alguien que trae su
saber pero que no recuerda que lo posee. El taller así entendido logra que cada
integrante se manifieste en libertad teniendo en cuenta que la libertad es esa
capacidad humana de ser uno mismo.
El Taller Nautilius es Fluxus, su
campamento base está en La Cumbre (todos los martes de 14 a 17hs) aunque de
manera continua realice acciones en diferentes lugares del país: museos,
escuelas de Bellas Artes, centros culturales, asociaciones civiles, etc.
¿Hay diferencias entre los artistas de los años de tus
comienzos y los de hoy? ¿Cómo encaran en
estos días la situación de su profesión, las posibilidades de crecimiento, la
investigación?
La diferencia reside en lo que nosotros
deseábamos como mundo, como modelos de producción de arte. Hoy me da la
sensación que los artistas, sometidos voluntariamente o no al poder de las
galerías, los coleccionistas, las ferias, han extraviado algo que es condición
de toda producción de arte: la capacidad de diseñar y transmitir metáforas.
Arte ya no es elaboración y representación de símbolos sino expresión de un
éxito tan fugaz como la vida de un mosquito.
¿Qué cambiarías radicalmente en la profesión
artística?
A los artistas.
Si recordamos
la frase de André Gide, que el
estilo es una “visión del mundo”, para encontrar tu estilo ¿ te ayudó el
hecho de vivir en varias provincias, espacios preciosos alejados de la capital?
¿De esta
experiencia devienen los estados que “son y no son”, como en tu muestra
“Trabajos 2006-2010” que se presentó en la sala Cronopios del Centro
Cultural Recoleta a principios de este
año?
Mis cambios geográficos, algunos a la
fuerza otros no, representan físicamente mis cambios de punto de vista
perspectivo. Mi alejamiento de los centros urbanos es nada más que el darme
cuenta que en ellos me resulta imposible vivir como yo deseo.
Si el estilo es una “visión del mundo”
estamos diciendo también que el estilo depende de cual sea el punto desde el
cual observamos el mundo. Otra vez la mirada como idea, como concepto.
Creo que la ambigüedad es el sexo de la
metáfora. Esto que ves no es lo que ves sino otra cosa.
De tus años vividos en Alemania ¿Hay algún recuerdo de
Beuys, de tu investigación con él que tengas la certeza que dejó huella
profunda en vos?
Toda persona es artista.
¿Sos creyente?
Si no creo no puedo crear.
¿Cuál es tu próximo proyecto?
Dejar la lanza y el escudo a un costado y
cultivar mi propia salud, mi propia construcción de felicidad.
¿Qué les dirías a los artistas que contribuya a desarrollar su profesión?
Hoy, casi sesenta años después que Beuys
estableciera las pautas del “concepto ampliado del arte” creo necesario que los
artistas, avanzando con la historia, ampliemos el concepto de nuestro oficio,
es decir saber imaginar, saber producir aquello que imagino, saber difundir eso
que produzco y finalmente saberlo comercializar.
¿Quisieras agregar algo más?
Sí, ahora me gustaría quedarme en silencio.
Muchas gracias.
Gracias Remo Bianchedi
Septiembre 2010